Rafer Guzman se pregunta en un artículo aparecido en Newsday.com

si la música que compramos nos pertenece, algo así como cuando alguien se compra un coche. Según el autor, las discográficas o empresas de venta de música se han empeñado en poner trabas a la venta de música y han devaluado su valor. Pone el ejemplo de Yahoo! Music Unlimited, que únicamente te deja grabar en cd de audio la música que se descarga desde su servicio un número limitado de veces... ¿pero no he pagado por ella? ¿no debería poder hacer lo que quisiera con algo que me pertenece?